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Diversificación alimentaria

Empezar: cuándo y cómo

A veces ocurre que poco después de conseguir que el bebé tome el pecho o el biberón a un buen ritmo, tenemos que pasar a darle ya los primeros platos (tras haber cumplido los cinco meses). En estos momentos podemos tener dudas sobre por dónde comenzar, cuáles son las diferentes etapas de la diversificación, cuándo se pueden empezar a compartir con el bebé las comidas de la familia y, sobre todo, cuál es el mejor momento para empezar con la diversificación.

No vale la pena empezar demasiado pronto


El desarrollo del sentido del gusto en tu bebé se encuentra ya bien definido a los cinco meses porque se ha ido adaptando gracias a la alimentación de la madre durante el embarazo y, en su caso, durante la lactancia, ya que la alimentación de la madre ha sido también saboreada por el bebé. Tanto es así que ya en el vientre de la madre, el bebé cuenta con en torno a 9000 papilas gustativas. Por eso, no debe sorprenderte su gran sensibilidad al gusto ni su preferencia por lo dulce.

Todas sus necesidades alimentarias están satisfechas gracias a la leche hasta su 5º/6º mes, lo que explica la importancia de elegir adecuadamente su leche infantil si toma el biberón. Importante: no precipites los acontecimientos y nunca fuerces que deje la lactancia, porque es posible que se produzca un rechazo. Cuando por sí misma la leche no satisfaga todas las necesidades nutricionales del bebé, entonces será el momento de avanzar con la diversificación alimentaria, algo que ocurre por lo general en torno a los seis meses.

En ningún caso deberá empezar antes de los cuatro meses, ya que cuando el bebé es muy pequeño aún no consigue metabolizar los alimentos correctamente ni consigue tragar un alimento sólido. La musculatura bucolingual solamente le permite succionar y tragar, y además los riesgos de presentar alergias alimentarias se incrementan.

Aumento progresivo del número de alimentos


Ahora ya si ha llegado la hora de conectar el robot de cocina para el bebé que nos regalaron en su nacimiento para que aprenda a disfrutar de la fruta y la verdura cocida con todo tu cariño, ¡lo que no significa que tengas que eliminar la leche de su alimentación!

Es esencial para él ofrecerle la cantidad de calcio que necesita y por ello se recomienda que al inicio de la diversificación alimentaria el bebé continúe tomando 3 biberones al día. Los nuevos alimentos pasarán a aportarle un mayor número de glúcidos y proteínas mientras que, al beber menos leche, la cantidad de grasa ingerida también disminuirá.

Seguramente habrás escuchado todo tipo de teorías sobre el orden de familiarización de alimentos, de manera que posiblemente sea recomendable tener algunas cosas claras. Se empezará por las harinas sin gluten, que darán paso a las papillas de vegetales y frutas, seguidas de cerca por las carnes en torno a los siete u ocho meses. Y cuando cumpla su primer año, podrás pensar en darle a conocer el pescado.

Notas prácticas de la diversificación alimentaria


Para que el bebé no se sienta sobrecogido con tantas sorpresas, te recomendamos que le ofrezcas un solo alimento nuevo en cada ocasión y con un intervalo de algunos días entre uno y otro, empezando siempre por pequeñas cantidades que podrás ir aumentando gradualmente. Al principio dale unas cucharitas de papilla de vegetales como zanahorias, habichuelas verdes o guisantes ricos en vitaminas, minerales e hierro, o bien papillas de frutas como pera o manzana antes o después de cada biberón. Cuando las cantidades sean equivalentes a una comida podrás ir distribuyéndolas durante el día, siendo que lo más habitual es mantener los biberones o el pecho al inicio de la mañana y por la noche, introduciendo paulatinamente durante el día verdura, frutas y carne con la cuchara.

Más que el tipo de alimento, lo que más raro se le hace al bebé son las texturas, de forma que lo ideal es triturar o mezclar perfectamente todo lo que le des. Los alimentos cremosos le van a gustar ya que la deglución aún no está muy avanzada. Así, agradecerá alimentos con poca consistencia. En ocasiones puede ser buena idea mezclar algún alimento con leche infantil o agua mineral y, cuando empiecen a aparecer los primeros dientes en torno a los ocho meses, el bebé estará ya listo para empezar a comer los primeros trocitos de comida en sus papillas.

Para evitar que cree resistencia a determinados alimentos, será siempre importante no forzarle en ninguna de las etapas. Si algún alimento le gusta menos, déjalo de lado para volver a ofrecérselo más tarde cuando haya probado ya otros. Es importante que no le pongas sal a los alimentos: la sal se encuentra ya presente de forma natural en frutas y verduras en una cantidad mayor de lo que aparece en la leche, y no olvides que sus riñones aún no están al 100% y por lo tanto no son capaces de gestionarla en grandes cantidades. Lista de alimentos que deben esperar para ser dados al bebé: yema de huevo (prohibida antes de los 6 meses), frutos secos como la nuez y la almendra y concretamente cualquier alimento a base de cacahuete, prohibidos antes de los 3 años.

Con la diversificación alimentaria, el bebé pasará a estar más integrado en la vida del resto de la familia, además de ofrecerle la oportunidad de conocer nuevos sabores y satisfacer sus necesidades nutritivas. Es por ello una oportunidad para disfrutar de una experiencia agradable, así que ¡no la desaproveches! Siéntate junto a él, explícale cada nuevo alimento que le ofrezcas y contágiale de tu entusiasmo ante la nueva conquista que le tienes preparada probando este alimento. Antes de que te des cuenta, él mismo cogerá la cuchara para empezar a comer ya como los grandes -más o menos- todo lo que le pongas.