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Desde la primera ecografía hasta aprender a usar el orinal, pasando por la elección de la silla para coche... ¡Respondemos a tus dudas en todo lo que se refiere a tu hijo y a ti!

El idioma gestual para comunicarte con tu bebé

Hasta que no aprenda a hablar, ¡no hay nada para comunicarte y entender a tu bebé como el lenguaje de los gestos!

Los primeros sonidos, los primeros sollozos y su llanto, irán poco a poco dando paso a las vocalizaciones, tras las que más tarde vendrán esas primeras palabras que escucharás radiante de ilusión. La adquisición del lenguaje es un proceso que toma su tiempo. Hasta que ésta se produzca, tendrás que ingeniártelas para descifrar las señales que tu pequeño tesoro emite: algunas son evidentes, ¡y otras no tanto! Procedente de Estados Unidos, el método del lenguaje gestual adaptado a bebés se empieza a poner de moda en España con excelentes resultados. Pruébalo, ¡comunicarte con tu bebé pasará a ser un juego de niños!

Dialogar, un divertido juego


Aunque pueda parecerte un poco extravagante, lo cierto es que el lenguaje gestual te puede ir muy bien en la comunicación con tu peque. Cada vez hay más testimonios y casos de éxito que muestran hasta qué punto éste puede ser un sistema divertido y eficaz para que tu bebé consiga comunicarse contigo antes de dominar sus vocalizaciones. Siempre apostando por una interacción lúdica, te animamos a intentar enseñarle esta forma de expresarse con la que podrá hacerte saber si tiene hambre, si quiere jugar, si tiene sueño... La clave: hacer de este aprendizaje en un juego más.

El bebé aprende sus primeras tres o cuatro palabras a partir de los 9/12 meses, enriqueciendo su vocabulario con hasta aprox. 900 palabras a los tres años. Aunque el lenguaje aún será más o menos básico. Así, si bien un sonido o una onomatopeya emitida por el bebé pueden querer decir multitud de cosas, al acompañarla del gesto adecuado va a conseguir comunicar exactamente aquello que el pequeño quiere expresar.

Empezar a jugar con el idioma gestual


El español es una lengua muy rica y extensa que tu hijo irá adquiriendo a lo largo del tiempo ¡empleando para ello hasta 72 músculos! La atención del bebé se dirige a controlar los músculos de las manos y los brazos antes de empezar a ocuparse del lenguaje. Por ello, quizás sea sensato aguardar hasta los seis meses para empezar a incorporar los signos a su día a día. A esta edad ya juega con sus manos y emite sus primeras vocalizaciones. El objetivo será establecer automatismos, y en cada caso se irá haciendo a un ritmo particular. Sin cualquier problema, unos empezarán desde que el pequeño abra los ojos y otros a los seis meses.

Cómo empezar a aprender el lenguaje gestual


Como en toda iniciación, lo ideal es empezar pasito a pasito. Elige dos o tres gestos iniciales, intentando que sean relevantes y por lo tanto fácilmente comprensibles y útiles, tales como gestos para 'comer', 'dormir'... que además son bastante frecuentes. Una vez elijas cada gesto, habrá que empezar a ir usándolo y practicando siempre que tengas ocasión. Poco a poco tu bebé asociará el gesto al significado, y tú podrás ir ampliando el repertorio de gestos y significados compartidos. Ten presente que se trata de un proceso que requiere tiempo: como puedes imaginar, no esperes grandes tertulias con el bebé al cabo de dos días, ¡ni de dos meses!

Para facilitar esta modalidad de comunicación, ten en cuenta que eres un modelo para el bebé. Si puedes, intenta usar los signos en casa también con el resto de la familia, con amigos... Así, el bebé tendrá más oportunidades de consolidar su aprendizaje. Empieza a haber disponibles talleres dedicados al lenguaje gestual con bebés, y puedes también encontrar un buen número de obras y literatura dedicada a este método de comunicación padres-hijo.

Después, ¡podrás inventar tus propios gestos como más te guste! Además de contribuir al desarrollo de sus capacidades, el lenguaje gestual establece un vínculo único entre padres e hijos. Y lejos de lo que se pueda creer, se trata de una comunicación que no va a interferir en absoluto con la adquisición del lenguaje oral. Como mucho, contribuirá a que tenga lugar antes.